Al regresar a su casa, Amane observa una cara familiar en un pequeño parque, se trata de Mahiru, la estudiante más admirada de su clase.
Está lloviendo, y ella no parece muy preocupada por mojarse, y al verla por un momento, Amane decide acercarse a Mahiru, quien parece estar triste, pero al reconocerlo, le dice a Amane que está bien, que no debe procuparse.
Amane no le hace caso y le deja su sombrilla para que deje de mojarse y vaya a casa, sin más palabras, él la deja y sale corriendo.
Al día siguiente, vemos a Amane con los síntomas de un resfriado, y a su mejor amigo Itsuki, burlándose de él, incluso le pregunta si no le gustaría tener una novia que lo cuidara.
Mientras tanto, se pregunta el porqué todo mundo le dice se refiere a Mahiru como un ‘ángel’. Lo cierto es que es popular, no solo por su apariencia física, sino porque es una buena estudiante, e incluso una buena deportista.
Más tarde, cuando Amane llega a su casa, la fiebre ha aumentado, no se siente bien y solo quiere llegar a descansar, y frente a su puerta encuentra a Mahiru, quien desea regresar la sombrilla que le prestó el día anterior.
Mahiru se da cuenta de que Amane está enfermo y se siente algo culpable, él le dice que no tiene porque hacerlo y le dice que debería ir a casa, pero en lugar de eso, ella le dice que quiere ayudarlo.
Al entrar, el desorden y suciedad es evidente, y aunque se sorprende, Mahiru le dice a Amane que se cambie y que regresará en unos minutos.
Resulta que Mahiru vive sola en el departamento de al lado, y si en la escuela se enteraran, sería todo un escándalo.
Amane se queda dormido un par de horas, y Mahiru le prepara algo de comer, este se sorprende al saber que el ‘ángel’ de su clase puede cocinar, que no tiene novio y parece ser más amigable fuera de la escuela, donde jamás han conversado.
Al ver que Amane tiene una calidad de vida poco saludable, Mahiru decide compartirle los platillos que cocina, y aunque él no comprende porque lo hace, acepta los alimentos.
Al día siguiente, al regresar el contenedor que le había prestado, Mahiru le agradece, al tiempo que ella le entrega otro platillo para su cena de ese día. A pesar de negarse, Amane termina aceptando todos los argumentos de Mahiru y disfruta de la cena.
Los siguientes días, Mahiru sigue cocinando para Amane, hasta que un día decide dar un paso más allá y le ayuda a limpiar el desastre que tiene en su departamento.
Amane le agradece el gesto a Mahiru invitándola a comer pizza, y se sorprende al ver que ella no había probado un platillo así. Al preguntarle, aprende que la familia de Mahiru tenía quien cocinara para ellos, por lo que rara vez comían fuera.
Por alguna razón, Mahiru se comporta diferente en casa, y Amane no duda en preguntarle si no se cansa de mantener esa personalidad amable y cálida todo el tiempo, ella le dice que está acostumbrada, y que siempre ha sido así.
Pero para él es un gusto poder compartir con ella momentos en los que simplemente se relaja y es ella misma.
(KANJI)