Cuando todavía era un niño, Hyouma perdió a sus hermanos mayores, pero no fue en un accidente o algo parecido, sino porque un tsukumogami perdió el control y los atacó sin piedad.
Gracias a las acciones de sus hermanos, Hyouma no pierde la vida, pero a cambio, comenzó a odiar profundamente a los tsukumogami, criaturas que de alguna forma son atraídas a nuestro mundo, algunas toman forma humana y son dóciles, pero otros pueden ser bastante peligrosos.
Hyouma y sus hermanos, crecieron siendo parte del clan Saenome, que durante generaciones se ha dedicado a controlar y en su caso, exterminar, a los tsukumogami.
Años después de la tragedia, Hyouma se ha convertido en un profesional, sin embargo, para su abuelo Zouhei, quien le dice que ha crecido para convertirse en su orgullo y alegría, pero que vivir con un odio tan profundo por los tsukumogami no resolverán nada en su vida.
Le recuerda que la violencia debe ser el último recurso, pero en lugar de escuchar y orientar a los tsukumogami antes de sellarlos, Hyouma recurre a la fuerza para hacerlo sin tomarlos en cuenta.
Zouhei ha decidido tomar medidas drásticas, y le cuenta que conoce a una persona joven que vive acompañada por seis tsukumogami, y que todos están a sus órdenes.
Hyouma no puede creer lo que le cuenta su abuelo, mucho menos, cuando le informa que ha pedido que lo reciban y le permitan descubrir el verdadero corazón de los tsukumogami. Y si se niega a participar, su abuelo está preparado para dejarlo fuera del clan Saenome.
Sin dudarlo, Hyouma acepta las órdenes de su abuelo y emprende el viaje. Al llegar, es recibido por un par de tsukumogami, Haori y Kushige, quienes al ver al chico comprenden porque Zouhei está preocupado.
El resto de tsukumogami no tardan en llegar, y aunque en un principio quieren darle la bienvenida a su manera, Hyouma les dice abiertamente que no confía en ellos, que no piensa trabajar junto a ellos y solo los observará a la distancia.
Pero basta que Hyouma diga que quizá su intención es aprovecharse de su protectora, Botan, para que los tsukumogami se molesten de verdad.
Uno de ellos, Nagi, va más allá y le exige una disculpa, pero Hyouma se niega a hacerlo. Nagi lo golpea y Hyouma se defiende sin que los demás tsukumogami intenten detenerlos.
Nagi hace uso de sus poderes y materializa dos katanas, y antes de atacarlo, le dice que por respeto a Botan, no terminará con su vida. En lugar de asustarse, Hyouma le contesta que con el mismo respeto, no lo destruirá.
Los tsukumogami se sorprenden al ver como Hyouma repele los ataques de Nagi, y todavía más, cuando reciben un mensaje de Botan informándoles que llegará de la universidad en unos cuantos minutos.
Haori ordena que se detenga la pelea, y que tanto Nagi como Hyouma deben ser sometido, pero en un instante, todos atacan a Hyouma, quien apenas puede saludar a Botan antes de acabar inconsciente.
(もののがたり)