En un mundo de aventura y peligro, Alvin es un guerrero que lucha por el bien y Carla es una elfo sanadora.
Un día, Alvin se topa con una enorme bestia en forma de oso, la lucha es intensa entre ambos y en un momento, Alvin pierde su espada, el oso arremete contra él e intenta derribarlo.
En ese instante, aparece Carla, quien los interrumpe a la mitad de su enfrentamiento. La joven le pregunta a Alvin si requiere su ayuda, en tal situación, el guerrero esperaría que una sanadora se la ofreciera.
Sin embargo, cuando Alvin acepta, ella le reclama que esa no es la forma de solicitar ayuda, que debería hacerlo de rodillas al suelo.
En ese momento, Alvin le pide tiempo fuera al oso, por un momento pierde el control y le grita a Carla, pero recupera el aliento y le pide una disculpa, pero Carla no la acepta de buena gana, incluso le pide que demuestre remordimiento.
Alvin se controla y le dice que, a cambio de su ayuda, él hará lo que esté a su alcance por ella.
Carla le pide que le permita acompañarlo en su equipo, le dice que nunca ha estado en una partida con aventureros, y deduce que es porque los demás la ven como inalcanzable, aunque en realidad parece ser porque tiene una personalidad muy especial.
Cuando finalmente se prepara para sanarlo, Carla se sorprende y termina imponiendo una maldición sobre él. Ahora, como condición, no podrá alejarse de ella más de 300 metros, de lo contrario algo terrible podría ocurrirle.
En ese momento, el oso decide intervenir y comienza a darles una lección de civismo a los aventureros. Intenta hacerlos entrar en razón y calmarse para encontrar una solución a sus problemas.
Alvin está sorprendido al escuchar tanta sabiduría de parte del oso, y está de acuerdo con éste, mientras tanto, Carla duerme profundamente.
Al percatarse, Alvin se molesta con Carla y le exige que le tenga respeto a la gran bestia, quien por su edad les ha ofrecido gran conocimiento, para su mala fortuna, al oso no le hace gracia que infiera su edad y le da un gran zarpazo a Alvin.
El aventurero yace moribundo a lo lejos, y tanto Carla como el oso corren a auxiliarlo.
El oso, o más bien osa, lleva a Alvin hasta su casa, donde Carla realiza todo tipo de sanaciones para salvar a Alvin, quien horas después despierta con sus heridas curadas.
Ambas comienzan a lamentar el estado en que ha quedado su rostro, incluso le dicen que ha quedado desfigurado, pero cuando Alvin se observa, se da cuenta de que es el mismo de siempre.
De esta forma comienza una extraña aventura, en la que Alvin no solo tendrá que cuidarse de los peligros del mundo, sino también de quien se supone debería apoyarlo en su viaje.
(このヒーラー, めんどくさい)