Cuenta la historia, que criaturas mágicas, como tanuki y zorros, solían transformarse en seres humanos e interactuar con ellos, incluso les hacían bromas y los engañaban con facilidad.
Con el paso de los años, el progreso ha comenzado a llegar a las crecientes ciudades, y los tanuki han preferido permanecer en sus remotas aldeas.
Toda su vida, Mameda, una pequeña tanuki, ha soñado con seguir los pasos de su padre, quien constantemente viajaba a la ciudad, y al regresar le contaba todo tipo de historias.
Ahora, al cumplir años, ha recibido la autorización del viejo del pueblo para viajar a Osaka, una de las ciudades que visitó su padre.
El anciano le advierte que debe evitar interactuar con los humanos, que estos ya no se engañan tan fácil como antes, y que quizá alguno intente lastimarla. Pero a pesar de las advertencias, Mameda tiene toda la intención de engañar a los humanos y divertirse.
De inmediato comienza a tener problemas, y más de un humano se percata que se trata de un tanuki haciendo bromas pesadas.
Una noche, debajo de un puente intenta planear una mejor estrategia, en ese momento le cae un sombrero encima.
Al observar hacia arriba, ve a una mujer con un semblante muy serio mirando hacia el rio, por lo que decide transformarse en un varón y llevarle su sombrero.
Pero basta una palabra para que la mujer, Bunko, le diga que debe dejar de transformarse en ser humano y regresar a su pueblo, que la vida en la ciudad no es para cualquiera.
Días después, Mameda se ve atraída por una multitud, que espera ingresar a un espectáculo nocturno.
Para su sorpresa, aparece Bunko y comienza a contar distintas historias. Al escucharlas, Mameda comienza a sentirse inmersa en su narrativa, y luego de contar sus chistes, no puede evitar divertirse y reír sin parar.
Mameda está fascinada, y comprende que Bunko es un zorro mágico, pero no sabe como es capaz de hipnotizar a su audiencia de tal forma.
Más tarde, Mameda es expuesta nuevamente, y ahora, en medio de una multitud enojada con sus bromas, huye a lo alto de un edificio. En ese instante recuerda que entre las leyendas de su pueblo está la de saltar y ser capaces de flotar hacia el suelo.
Sin dudarlo, Mameda se avienta al vacío, solo para recordar que quienes podían hacer ese truco eran varones, y no hembras como ella.
Resignada a perder la vida, aparece Bunko flotando en una de sus ilusiones, quien le ayuda a escapar de la gente, quienes miran a lo lejos con alegría como las criaturas todavía se esfuerzan por hacer sus bromas.
Bunko le agradece a Mameda por escuchar sus historias, pero le pide que regrese a su pueblo, incluso la deja en el puerto, lista para abordar un barco.
Sin embargo, Mameda está decidida a quedarse y aprender más de Bunko, a quién le pedirá que se convierta en su maestra.
(うちの師匠はしっぽがない)