Luego de muchos años, Reito ha decidido confesarle sus sentimientos a Erisa, el amor de su vida.
Ella no se sorprende mucho, y simplemente le dice que se ha tardado demasiado, peor aún, Reito le dice que sabe que otra persona quiere salir con ella, pero que tenía que decírselo ahora, ya que está a punto de partir.
Reito está enfermo, y a pesar de vivir en una sociedad avanzada tecnológicamente, la cura para su padecimiento tardará al menos cinco años en estar lista, por lo que decide ponerse en hibernación hasta que eso pase.
Al llegar el día, se despide de su familia, pero antes de entrar en la cápsula que lo mantendrá con vida aparece Erisa para despedirlo.
Reito le pide que le guarde un pendiente de localización, y le dice que se lo devuelva en unos años, ella lo acepta y le dice que lo esperará pacientemente.
Durante su sueño profundo, el caos se apodera de todo el mundo, un extraño virus aparece y comienza a exterminar exclusivamente a los hombres.
Como resultado, el 99.9% de los varones han muerto de forma repentina, y pasan varios años antes de que la sociedad comience a tranquilizarse.
Bajo el mando de las mujeres, los varones en hibernación se han convertido en bienes muy preciados, sobre todo cuando uno de ellos despierta y resulta inmune al letal virus.
Al pasar los cinco años, el segundo en hacerlo es Reito, y al parecer el tratamiento que recibió en ese lapso le ha ayudado a sobrevivir al virus.
En un mundo de escasez como este, el simple hecho de verlo caminar en la calle causa una conmoción, por lo que es recluido en unas instalaciones del nuevo gobierno con el objetivo de convencerlo de propagar sus genes con la mayor cantidad de mujeres que pueda.
Reito sigue sin aceptar la situación, y aunque comprende el problema, él está ilusionado con encontrar a Erisa.
Luego de negociarlo con su guardiana, Mira, Reito emprende la búsqueda de su amada, quien desapareció hace tres años.
La pregunta no es si Reito encontrará a Erisa, sino si podrá mantener su promesa de amor frente a tantas mujeres dispuestas a seducirlo.
(KANJI)