
Desde siempre, a Ruri le han fascinado los objetos brillantes, y qué mejor que un cristal o una joya.
Suele ser una chica algo eogista y caprichosa, por lo que no es raro verla pedirle un avance de su mesada a su madre para comprar cualquier tontería.
Pero cuando su madre le dice que puede encontrar cristales hermosos en las cordilleras cerca de su casa, Ruri no puede creerlo.
Aún así, decide probar su suerte y se dirige a donde le indicó su madre, de entrada, descubre que su vestimenta no es la adecuada para el trabajo, y al no ver nada desde un principio comienza a desanimarse.
Antes de que lo haga, aparece Nagi, una estudiante de posgrado en mineralogía quien investiga la zona. Y al ver la curiosidad de Ruri decide darle una lección.
El camino no es sencillo, y aunque Ruri se queja a cada rato, Nagi la anima a continuar, sabiendo que puede encontrar algo interesante.
Juntas encuentran un lugar espectacular, lleno de cristales, exactamente los que le gustan a Ruri. Nagi le ayuda a extraer algunos y la invita a conocer más otro día.
Juntas se dirigen a otro sitio, en el que Nagi le explica distintos términos técnicos, y aunque Ruri no es la mejor estudiante, comienza a aprender muchas cosas nuevas acerca de los minerales en las montañas del Japón.
(瑠璃の宝石)

