Sora es un estudiante de preparatoria normal, vive junto a su hermana Kaede mientras su padre viaja por el mundo buscando aventuras y nuevos descubrimientos.
Un día, Sora recibe por mensajería un inmenso paquete de parte de su padre, quien en ese momento está en Egipto. Él se preocupa de inmediato, ya que en otras ocasiones le ha enviado reliquias con todo tipo de maldiciones, y él ya no quiere problemas.
El contenido es escalofriante, dentro viene un ataúd, y una carta indicando que en el interior viene una linda momia, y le indica a su hijo que la cuide por él. Eso no tranquiliza al joven, mucho menos cuando el ataúd empieza a abrirse.
Él se prepara para lo peor, pero algo no parece correcto, sale una diminuta momia del interior. Cabe perfectamente en la palma de su mano. Parece ser inofensiva; sin embargo, Sora considera que es mejor regresarla a Egipto.
No obstante, al empujar a la momia de regreso al ataúd, basta que lo cierre para que empiecen a salir lágrimas del interior, tanto así que se moja el piso. La momia no quiere irse, Sora se conmueve y decide investigar más antes de tomar una decisión.
En ese momento, entra la mascota de Sora al cuarto, el joven empieza a jugar con su perro y no se da cuenta de que la momia también requiere atención. El perro ladra, y la momia decide hacer lo mismo. Sora se sorprende, mucho más cuando ésta salta sobre su espalda.
Al final decide mantener a la momia, a la cual llamará “Mii-kun“. Sin embargo, vivir junto a una momia no será tan sencillo de ahora en adelante.
(ミイラの飼い方)