Yume y Mizuto mantuvieron una relación sentimental mientras cursaban la secundaria, pero esta se fue deteriorando, al grado que terminaron peleando todo el tiempo.
Al graduarse, aprovechan la oportunidad para romper su noviazgo, con la esperanza de que en la preparatoria cada quien pueda continuar con su vida.
Sin embargo, ese verano descubren que sus padres, ambos solteros, se han enamorado y desean unir sus vidas.
Ninguno de ellos sabe que Yume y Mizuto fueron novios, por lo que ahora deben ocultarlo e intentar convivir de forma natural.
Por momentos, los dos parecen sufrir para comportarse como hermanastros, en ocasiones, los recuerdos son agradables, pero también recuerdan el porqué terminaron sacándose de quicio.
Mizuto es un fanático del manga, y no es raro que Yume lo moleste. Por su parte, Yume es muy estudiosa, así que él no duda en echárselo en cara cuando puede.
La madre de Yume observa que ambos se preparan para salir de casa y no duda en sugerir a Mizuto que acompañe a su hija, él suele salir a comprar manga, y su hija solo sale a la librería para buscar material de estudio, por lo que le pide que la cuide.
De inmediato, comienzan los reproches, Yume le pregunta por qué le dijo que sí a su madre, y él le dice que no le queda otra opción, y que lo que menos desea es la compañía de una persona egoísta como ella.
Sus padres están muy felices, sobre todo al ver que sus dos hijos adolescentes pueden convivir con tanta naturalidad, sin saber lo que en realidad pasó con ambos.
Más tarde, Yume entra al cuarto de Mizuto y le exige que deje de llamarla por su nombre, pero él le recuerda que a partir de ese momento compartirán el apellido.
Al pedirle sugerencias, ella le dice que debe llamarla hermana mayor, pues luego de investigar, ha descubierto que nació media hora antes que él.
Para resolver su problema, Mizuto le propone un juego y Yume acepta, pero con sus condiciones, por lo que propone que aquél que actúe de una forma distinta a la de un hermanastro perderá, y por ende el ganador será el hermano mayor en su nueva familia.
Mizuto acepta el juego, pero pide que su comportamiento sea en todo momento, y no solo cuando sus padres estén presentes.
De inmediato, Yume comienza a molestar a Mizuto y empieza a revisar su colección de manga. Él comprende que es una provocación de su parte y que debe evitar irritarse.
Cuando Yume se acerca a explorar su colección privada, no apta para menores, Mizuto decide distraerla.
Comienza por disculparse con ella, y le dice que no soporta pelear más, y que si lo desea se mantendrá alejado de ella, pero que por favor olviden lo pasado.
En ese instante, Yume se conmueve y se llena de recuerdos, sin darse cuenta, le llama como solía hacerlo cuando eran novios y Mizuto le dice que ha perdido su propio juego.
Terminan estudiando en la misma escuela, en la misma clase y con el mismo apellido. Ella llama de inmediato la atención, ya que ha sido elegida representante de primer grado, por lo que todo mundo se le acerca para platicar con ella.
Mizuto está algo desconcertado, sabía que Yume era inteligente, per no que tendría mejores calificaciones que él. Es más, descubre que ella le ha dicho a todos que son hermanastros, y que ella es la hermana mayor.
Quienes se acercan a Mizuto, lo hacen con el objetivo de ganarse la atención de Yume, comienzan a hablar mal de él. Ella se enoja, más cuando ve que a Mizuto no parece importarle.
Al día siguiente, a pesar de que Yume le había pedido que no caminaran juntos a la escuela, ella decide seguir a Mizuto, al llegar a la escuela, ella hace una escena al abrazar el brazo de su hermanastro en una forma inapropiada.
Por la tarde, ambos se quedan en casa solos, y Yume intenta llamar la atención de Mizuto, al punto de que sale del baño cubriéndose con una toalla. Algo no está bien en esta relación de hermanos.
(継母の連れ子が元カノだった)