A la hora de enterrar a su padre, el joven Denji es sorprendido por un diminuto demonio, quien desde un árbol lo observaba con temor mientras él lloraba desconsolado.
Denji pensó que su vida había terminado, pero al ver al demonio herido, recordó que, si éste tomaba algo de sangre humana, podría recuperarse.
A cambio de una buena mordida, Denji acuerda con el demonio que lo ayudará a sobrevivir, y quizá algún día vivir una mejor existencia.
Con el paso de los años, Denji ha tenido que hacer lo imposible solo para pagar los intereses de las deudas que le heredó su padre.
Al sacar sus números, se da cuenta que ha vendido varios de sus órganos en vano, sin embargo, por alguna razón, sigue teniendo optimismo y está agradecido de tener a Pochita, el demonio a su lado.
Recibe órdenes de parte de sus acreedores para cazar a un demonio, y aunque el negocio es bien pagado, Denji recibe una miseria de dinero por su arriesgado trabajo.
Entiende que el próximo mes tendrán problemas para pagar el agua, la luz y por supuesto, las deudas de su padre, pero mientras pueda compartir una rebanada de pan con Pochita, puede dormir relativamente tranquilo.
No obstante, de vez en cuando se siente mal físicamente, ya sea porque le faltan órganos a su cuerpo, o como recuerda, porque su madre murió de una extraña enfermedad.
A pesar de ello, llega la hora de trabajar, y su principal acreedor viene por él para llevarlo a dónde se encuentra un demonio.
Al llegar, Denji se pregunta si en realidad hay un demonio, ya que el silencio es distinto a lo que ha vivido otras veces.
De repente, escucha a una voz decirle que odia a los cazadores de demonios, y que basta un poco de poder para enloquecer a los ambiciosos hombres.
Un demonio se ha apoderado del cuerpo de su acreedor, y todo el grupo de yakuza que trabajaban con él, y les ordena que asesinen a Denji.
Denji y Pochita intentan escapar del lugar, pero a cada paso reciben golpes y heridas, finalmente caen y Denji es apuñalado sin piedad.
En sus últimos instantes, lamenta no haber podido tener una vida normal, una novia y un lugar al cual llamar hogar.
Sus restos son tirados dentro de un basurero, y al escurrir su sangre, ésta despierta a Pochita, quien también recuerda lo que Denji le pidió una vez, y que, en caso de morir a manos de un demonio, le indicaba que debía poseer su cuerpo y vivir la vida que él no pudo tener.
Pochita usa sus poderes para recuperar el cuerpo de Denji, pero en lugar de tomar posesión de él, le dice a su amigo que lo acompañará en su viaje.
Sorprendentemente, Denji recupera su cuerpo, incluso los órganos que ya no tenía, y frente a su pecho aparece un recuerdo de Pochita, con el cual podrá despertar sus nuevos poderes demoniacos.
Al incorporarse, nuevamente es atacado, pero en esta ocasión, Denji invoca sus poderes y tres motosierras salen de sus brazos y cabeza.
Denji decide sobrevivir, y comienza una masacre, al terminar, se da cuenta de que ya no le debe dinero a nadie, pero a la vez se queda estático pensando que hará después.
En ese momento, llega un carro negro al lugar, de éste bajan unas personas vestidas en traje, quienes dicen ser de una División de Seguridad Pública.
Al frente del equipo está Makima, quien se da cuenta que el monstruo rodeado por motosierras es el responsable de haber eliminado a semejante demonio.
Makima se le acerca, y en vez de temerle lo escucha, cuando Denji le pide un abrazo, ella no lo duda y se lo da, lo cual libera a Denji de su transformación.
Ella le da dos opciones a elegir, unirse a su equipo de trabajo, y tener un lugar donde vivir y alimentarse o perder la vida en ese lugar, Denji no lo piensa mucho y decide quedarse con Makima.
(チェンソーマン)