
En una remota jungla, Yaiba ha pasado su vida soñando con guerreros samurai.
Bajo la guía de su padre, un experto en el arte del kempo, pasa sus días entrenando de forma poco convencional, enfrentando a las bestias que merodean en la selva.
Yaiba tiene muy desarrollados sus sentidos, y cuando se concentra puede evadir los ataques, incluso de inmensos gorilas o tigres.
Un día, luego de vencer a un gran oponente, Yaiba, su padre Kenjuurou y su tigre Kagetora terminan encerrados en una caja llena de plátanos, con rumbo hacia Japón.
En el aeropuerto, encontramos a Sayaka, una joven que espera pacientemente a su padre Raizou, un competidor profesional de kempo.
Ocurre una conmoción en el aeropuerto, y Yaiba aparece frente a Sayaka. Cuando le dicen que es una mujer, Yaiba no deja de observarla detenidamente, después de todo, es la primera vez que conoce una.
En cuanto aparece Kagetora, Kenjuurou apresura al resto a salir del lugar. Resulta ser, que ambos padres se conocen desde hace tiempo, y Kenjuurou no duda en llevar a su hijo a la casa y dojo de Raizou.
Yaiba se sorprende por las dimensiones, más aún cuando Fuji, la abuela de Sayaka no le permite entrar al lugar, pero al ver a Kenjuurou comprende porque se comporta de tal manera.
Kenjuurou le pide autorización para vivir un tiempo con ellos, pero para hacerlo, Yaiba deberá derrotar al estudiante más avanzado del dojo, a quien el chico compara de inmediato con un gorila.
Sin mayores problemas, lo derrota, y al día siguiente recibe la noticia de que Kenjuurou lo ha dejado bajo el cuidado de Raizou y su familia.
Más tarde, Yaiba acompaña a Sayaka a la escuela, en el camino, ella bromea diciéndole que hay monstruos, pero en lugar de asustarlo, él le dice que siempre la protegerá.
Al llegar al dojo de la escuela, Yaiba conoce a Takeshi, un campeón, y su primer reto en la ciudad.
(真・侍伝 YAIBA)

